¿Cómo acompañar a chicos y chicas a procesar las noticias y contenidos violentos en las redes?

28 de noviembre 2023

En la era de fundamentalismos, sobreinformación y noticias falsas, las imágenes con alta carga de violencia circulan en las redes cada vez con más fuerza. Mientras el mundo está sumido en guerras y actos de terrorismo sin precedentes, en las redes se difunden imágenes difíciles de procesar. Los contenidos digitales exacerban los hechos de por sí y apelan a las emociones más primarias de los usuarios. Los chicos y chicas no cuentan todavía con la madurez emocional para poder procesar este combo, pudiendo generar sentimientos encontrados, miedo, angustias e impotencia. Y entonces, ¿cómo acompañar en estos tiempos?

1) Primero vos

Antes de ayudar a tu hija o hijo, es importante que puedas hacer un ejercicio de introspección acerca de qué es lo que te pasa a vos con lo que está sucediendo y lo que circula en las redes sociales. Tomate tu tiempo para conocer los hechos a partir de fuentes fiables y precisas, y no te dejes llevar por la desinformación. Buscá puntos de vista diferentes. Tratá de encontrar salidas y soluciones esperanzadoras. 

Recién después de este análisis, comenzá observando si tu hija/o ya está al tanto de lo que sucede y en qué grado. Esto es importante para acompañarlos en sus propios tiempos y necesidades. 

2) Primera infancia

Si tenés hijos pequeños, intentá ver las noticias en privado, con auriculares o después de que se hayan ido a la cama, para que no tengan tanta exposición a imágenes y sonidos de violencia. Aunque pueda parecer inofensivo dejar las noticias de fondo, tratá de evitarlo: escuchar o ver escenas de violencia (más que nada cuando afectan a familias y niños) puede conllevar sensaciones de angustia y ansiedad.

3) Generá un espacio de confianza para charlar

Puede resultar tentador prohibir usar ciertas apps o redes. Pero ciertos eventos tienen una magnitud tan grande que lo más probable es que, si circulan en la sociedad, tu hija/hijo ya esté al tanto. Por eso, lo mejor es abordar el tema en casa a tiempo, teniendo en cuenta su  grado de madurez, escuchando primero sus versiones de los hechos y viendo junto a ellos y ellas lo que han estado consumiendo en las redes sociales. 

Una forma de encarar la conversación es armar una lista de preguntas para debatir en la mesa y hacer un breve diagnóstico -sin juzgar- de lo que saben, de los puntos de vista, de lo que ya han visto y oído, de las fuentes que utilizaron. 

Buscá momentos cotidianos para este tipo de conversaciones: puede ser en la mesa familiar, pero también cuando hacen alguna actividad juntos o cuando viajan en el auto. Los chicos más pequeños pueden tener dificultades para expresar sus emociones verbalmente, así que se puede probar también con dibujos o imágenes. 

4) La violencia no es la solución

Cuando converses sobre este tema, dejá en claro que la violencia nunca es la solución para resolver conflictos. Cuando tenemos desacuerdos con hermanos, compañeros de clase u otras personas, tenemos que utilizar nuestras palabras para resolverlos. Explicale que si alguna vez viven o son testigos de situaciones de acoso, pueden contárselo a un familiar, profesor o adulto de confianza.

5) Ser conscientes del funcionamiento de las redes 

En las redes sociales, los contenidos corren muy rápido y de forma aleatoria: se puede pasar de ver un video de un gatito a ver otro con un alto contenido de violencia sin relación de continuidad. Las plataformas año a año trabajan en la moderación de contenidos, pero todavía hay muchos  que se les escapan. 

Durante los periodos de mayor conflicto, te recomendamos navegar juntos por las redes sociales y comentar lo que ven. 

6) Prestar atención

En contextos de mucho consumo de noticias violentas, pueden aparecer signos de ansiedad en chicos y chicas. Algunas señales para notarlo son la dificultad para dormir, los dolores de cabeza, comer poco o demasiado, entre otros. 

Mantener un horario y una rutina puede ayudar a que chicos y chicas sientan más estabilidad, especialmente en tiempos de conflicto o estrés. Así los preparamos para afrontar mejor las situaciones difíciles con fortaleza y equilibrio.

Si ves que los síntomas de ansiedad persisten, consultá con algún profesional. 

7) Momentos sin pantallas

Te recomendamos pautar en familia algunos momentos sin pantallas, para poder descansar y conectar con otras percepciones. Cenas y almuerzos, juegos de mesa y deportes, artesanías, caminatas. En estos momentos, consensuar que los celulares (el de tus hijos, ¡pero también el tuyo!) estén apagados o fuera del alcance para no sucumbir a la tentación de mirarlo.

8) Enseñar a analizar 

En un mundo repleto de informaciones, es esencial ayudar a nuestros hijos a seleccionar y verificar los contenidos que consumen y analizarlos desde distintas perspectivas. Una buena estrategia es enseñarles a hacerse preguntas sobre lo que ven y leen. Por ejemplo: ¿Quién escribe esto? ¿Cuál es su modo de pensar, la ideología desde la cual publica? ¿En qué medio y cuándo se ha publicado? ¿Qué información no se está contando? El objetivo es que puedan desarrollar su curiosidad y su pensamiento crítico para tener una comprensión más profunda y compleja de los hechos y cómo se cuentan en los diferentes formatos. 

9) Acompañar

Algo que puede generar mucha angustia en chicos y chicas es ser testigos o consumir  actos de violencia contra otros niños de su edad o personas con quienes tienen algo en común, ya sea la religión, la nacionalidad, la cultura, el género, la etnia, entre otros. Cuando vemos o nos enteramos de alguna noticia que nos atraviesa, es importante prestar atención a las conexiones por las cuales nos sensibilizamos más que con otros sucesos.

Si ves a tu hija o hijo muy preocupado, es importante dejarle en claro que las personas adultas lo van a cuidar y que ante cualquier duda estás ahí para hablar si algo les incomoda o si tienen alguna inquietud sobre el tema. 

10) Historias inspiradoras

En medio de la ansiedad, el miedo y la injusticia que suelen atravesar estos hechos, siempre hay historias que muestran la bondad del ser humano. Compartir relatos de este tipo en familia puede ayudar a no desanimarse tanto con el contexto. También pueden servir como disparadores para hablar sobre otras formas significativas de contribuir al mundo con acciones positivas.

11) Activar 

Más que nada en la adolescencia y en la preadolescencia, chicos y chicas pueden tener interés en realizar acciones sobre temáticas que los y las convocan. Las actividades pueden ser comunicar sus ideas a través de las redes, juntar fondos para una causa, ir a una marcha o participar en organizaciones comunitarias. El activismo puede ayudarlos a afrontar sentimientos de desesperanza, angustia o frustración.